El dinero es el árbol, pero para entender mejor ver el bosque

Para ser más precisos “el dinero es parte de una deuda generalizada y convenida por una comunidad”, así terminaba la reflexión anterior, Las deudas ¿son buenas o malas? Depende.
Siempre se suele hablar del dinero en forma aislada, funcional e instrumental, allí se inicia el cuento, pero resulta ser que es algo así como ver el árbol y no el bosque completo, en su conjunto y con su historia. Al ampliar esta perspectiva surge la tesis que se propone del dinero como parte de un sistema, un sistema de deuda público, también podría llamarse un sistema contable público; viéndole así el dinero es la parte generalizada, portable y móvil o transferible de ese sistema. Su circulación se convierte en una sucesión continua de transacciones, transferencias de deudas entre consumidores, productores, comerciantes, proveedores, importadores, transportistas, inversionistas, entre otros cuentahabientes, relaciones sociales de intercambio de valor que reflejan el movimiento de una economía.
¿Cuándo se ve con mayor claridad?, con los pagos en electrónico, digital y móvil, donde desaparece el dinero físico, ya no se mira la cartera para saber cuánto le queda, se consulta el saldo, allí lo que realmente se ven son los cambios de los saldos en un sistema contable público nacional o mundial, ya sea gestionado por un banco u otro intermediario financiero no bancario de confianza, autorizado o no. El dinero es el nombre que se le da al monto, el valor numérico de ese saldo, desagregado en débitos y créditos, con fechas, conceptos, destinatario y origen, un histórico de movimientos.
Lo honesto, lo justo, es que ese número registrado, ayer materializado en físico en su cartera y monedero, conserve su poder de compra, ni suba ni baje; sin embargo, la industria financiera ha creado productos financieros que hacen que éste suba o baje sin que el titular agregué valor, sin que la demanda y oferta de bienes y servicios cambie. Entonces, ¿cómo lo consiguen? extraen el valor, ya sea prestando su crédito a un tercero a cambio de un interés u ofreciéndole otras formas de inversión en otros productos financieros con rentas fijas o variables como notas, bonos, acciones, derivados y ahora criptoactivos. Los cuentahabientes son seducidos para que ganen sin trabajar, obtener renta, por lo general sin mencionarles los riesgos que corren, su gestión y mecanismos de mitigación o compensación.
La tecnología de cadena de bloques es un ejemplo claro de una tecnología de libro mayor contable distribuido (DTL, por sus siglas en inglés) que posibilita la creación de sistemas contables públicos a quien quiera.
Otro ejemplo, es el sistema monetario complementario suizo WIR fundado en 1934, tras la escasez de divisas después del colapso de la bolsa en 1929. “El sistema Wir funciona como un circuito de pagos sin dinero en efectivo entre los miembros. Los créditos y débitos en las cuentas de los accionistas se registran en la sede del banco en Basilea”.(Wir)
Estos sistemas públicos contables pueden ser públicos, privados, mixtos, locales, nacionales, internacionales, pueden ser de uso obligatorio u opcional.
Contenido
El dinero reserva de valor, una ilusión
Las monedas con valor intrínseco en metal pueden considerarse reservas de valor en sí mismo, todas las demás formas de dinero son solo compromisos, promesas u obligaciones de valor que da un tercero a un cuentahabiente respaldadas por una comunidad, registradas por un sistema contable público, si éste desaparece, a sus cuentahabientes solo les queda ir a llorar para el valle.
Relatividad de las reservas de valor, casos para ilustrar
.-El 5 de abril de 1933 los estadounidense (Orden ejecutiva 6102), son obligados a entregar a la Reserva Federal todo el oro, ya sea en monedas, o en certificados; a cambio se les entregó billetes.
.-Retención de 31 toneladas de oro de Venezuela reservado en el Banco de Inglaterra, desde diciembre 2018. (Observatorio Venezolano Antibloqueo)
.-Congelación de casi la mitad de las reservas internacionales de Rusia, ~US $300.000 millones, desde 26-2-2022. Para el 30 de junio 2021, el 48,7% de éstas estaban en Dólares estadounidense (16,4%) y Euros (32,3%), 1-3-2022, Satatista)
.-Falso Dólar, monedas estables o stablecoins, tokens de criptomonedas que se venden como dólar digital pero no lo son, ejemplo USDt (valor de mercado de capitales de US $153.830 millones) y USDc (valor de mercado de capitales de US $61.490 millones) (CoinMarketCap). Estas monedas son emitidas por la banca en la sombra, no tienen respaldo ni garantías, están al margen.
Si quiere reserva de valor real compre activos tangibles: joyas, bienes e inmuebles, obras de arte, etc., pero no se olvide de considerar en su balance el costo de mantenimiento y resguardo de estos activos, ello implica un egreso regular en su flujo de caja, dependiendo del monto este activo de reserva puede representar en la práctica un pasivo.
Ver el ecosistema es mejor que el bosque
La tecnología financiera agrega junto a las facilidades que ofrece opacidad a los procesos de estos sistemas contables públicos, al igual que aumentan en número los relacionados y participantes, con lo cual se hace necesario tener una panorámica más amplia, más allá del bosque, el ecosistema, que permita interpretar los riesgos y algunas intenciones ocultas.
Solo para ilustrar el caso de las monedas estables, seudo o falsos dólares estadounidenses, y su relación con el gobierno actual de Donald Trump, citamos una parte de la declaración de David Sacks, el zar de las criptomonedas del gobierno:
“Creo que el poder de las stablecoins radica en que podrían extender el dominio del dólar a nivel internacional y en el entorno digital”, afirmó Sacks.
Según el zar de criptomonedas de Trump, las stablecoins podrían generar “potencialmente billones de dólares” en nueva demanda de bonos del Tesoro de EE.UU., lo que ayudaría a respaldar su deuda y reducir las tasas de interés a largo plazo.” (5-2-2024, cointelegraph)
Es el avance de la expansión del dólar de guerra, ahora con dólares falsos y por caminos verdes Fintech son una amenaza para las soberanías monetarias de muchos países del mundo.