13 octubre, 2025
¿Le creerán a Elon Musk?

Si existe alguna particularidad que lamentablemente ha caracterizado estos primeros 25 años del siglo XXI, ha sido la descomunal impunidad del imperialismo estadounidense y la unión europea, cuando se han burlado de manera descarada y prepotente de todo el ordenamiento jurídico internacional, cuando no les ha importado para nada el respeto a la soberanía de los Estados libres e independientes.

Hasta ahora se han contabilizado alrededor de 40 países que, de una manera u otra, han sido víctimas del “castigo imperial” a través de ilegales medidas coercitivas unilaterales; en otros casos, los criminales bloqueos y los injerencistas golpes de Estados, por no ser servirles a los intereses estadounidenses, cuando decretan: “Los países que no son mis aliados son mis enemigos”.

Sin embargo, en los últimos 15 años, el brutal ensañamiento imperial se ha dirigido de manera casi exclusiva en contra de Venezuela, violentando cualquier normativa basada en el respeto entre las naciones y la resolución de cualquier tipo de conflicto entre los Estados por la vía diplomática y pacífica.

Y la realidad política y económica de la relación de Estados Unidos con respecto a Venezuela ha demostrado el talante prepotente y antidemocrático de una poderosa nación que ya tiene 80 años considerándose como los policías y jueces del mundo. Cuando amenaza con su irracional intolerancia a todas aquellas naciones que no sean de su total confianza, las trata como enemigos existencialistas que atentan en contra de su seguridad interna.

Lo que hace el Gobierno estadounidense de Donald Trump no tiene nombre, cuando desde la mismísima campaña electoral amenazó a Venezuela de que iba a deportar a las y los venezolanos que estuvieran en su país y además aseguraba que la mayoría eran delincuentes que formaban parte de la banda criminal y terrorista: el tren de Aragua.

Para rematar la prepotencia imperial sobre sus ilegales ataques contra la economía nacional, no quieren que empresas petroleras estadounidenses trabajen en Venezuela y amenazan con más aranceles a los países que se atrevan a comprar petróleo venezolano.
Y ahora, Marco Rubio amenaza a Venezuela si se mete con Guyana.

Politólogo

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