Dile Adiós a la Monotonía

El pelo es una marca fundamental, signo inequívoco de nuestra personalidad, es nuestra manera presentarnos ante los demás y un cambio siempre viene bien. Lo ideal, si no se atreve con grandes transformaciones, es probar a añadir reflejos de color que aclaren su base natural, que favorezcan el brillo y la elasticidad es primordial para que este toque sea beneficioso y no maltrate el cabello.
“No todos los tratamientos sirven para todas. Hay que conocer la fase en la que se encuentra nuestro pelo para que la coloración permanezca el mayor tiempo posible”, aconseja la esteticista Sandra Domínguez, quien sugiere que el cabello esté hidratado antes de intentar una coloración abrasiva que lo estropee.
La especialista apuesta por un cabello natural, con menos exigencias del “guión”. “Basta con un tinte cada 15 días o el efecto raíces, que da un aspecto descuidado”, afirma. Es fundamental aceptar la propia naturaleza del cabello y en cualquier caso, definir la intensidad con juegos de pigmentos naturales. “Ha llegado el momento de la naturalidad, y sobre todo hay que tener en cuenta los efectos del sol si pensamos en vacaciones o nos exponemos mucho al sol, que estropea tanto el pelo y desvirtúa los tintes y las mechas”.
Sin embargo, otras propuestas se alejan de la naturalidad buscando coloraciones más arriesgadas como los reflejos azules para los cabellos más oscuros, sobre los que recrean un halo de sofisticación lleno de enigmas por descifrar. Este tipo de coloración endurece el rostro y no es muy apropiada si se trata de enmarcar rostros de cierta edad.
Cuando no hay muchos problemas de canas o están muy repartidas, lo mejor es la coloración tono sobre tono que cubre el 50% de canas y además aporta reflejos semi duraderos. Es una buena opción para probar. Siempre que las canas sean mayoría, lo mejor es una coloración permanente que consigue cubrir más del 50% de las canas. Eso sí: siempre lo justo para iluminar y dar un poco de movimiento al cabello. Cuando lo que se pretende es oscurecer o aclarar ligeramente el color del cabello, existen dos opciones: hacerlo de forma no permanente con un producto que se va a los 6 lavados o de forma más duradera con una coloración tono sobre tono.
¿TINTE O BAÑO DE COLOR?
• El baño de color desaparece con los lavados (unos 28 lavados), no contiene amoniaco, lo cual es muy importante porque no daña el cabello tanto como el tinte permanente; aporta mucho brillo al pelo y no tienes que preocuparte por la raya ya que este tinte va desapareciendo de forma gradual, sin que se note.
• El tinte permanente no se va con los lavados, sino que se queda impregnado en el cabello, cubre completamente las canas y da brillo y color al pelo. Los inconvenientes de este tipo de tinte es su contenido de amoniaco, con lo cual el pelo se estropea y seca mucho. Cuando han pasado unos días y el pelo ya ha crecido un poco, aparece la típica raya que no es nada más que la diferencia que hay entre el color natural del cabello nuevo y el resto del cabello bañado con el color del tinte. Cuando pasa esto, no hay más remedio que volver a teñir el pelo o la raya, estropeando aún más el pelo. Por eso el pelo teñido con un tinte permanente tiene que tener una aportación mayor de vitaminas y agua y de vez en cuando, acudir a la peluquería para que haga un saneo del pelo.
• Si tienes canas y quieres cubrirlas, utiliza el tinte permanente ya que el baño de color no cubre las canas. Pero si sólo quieres cambiar el color del pelo y darle unos reflejos, utiliza el baño de color, que es mucho menos agresivo y da el mismo resultado que el tinte permanente.
CUIDADOS ESPECÍFICOS
El cabello amerita de cuidados especiales para combatir la fuerte acción de los tintes en el cuero cabelludo y la estructura capilar. Es básico emplear un champú reparador y protector de color, y utilizar un acondicionador después de cada lavado. “Un producto como la crema hidratante para el cutis, hace que brille y se alisa la cutícula del cabello”, indica la esteticista Ana María Olivar.
Si vas a la playa o a la piscina, utiliza productos con protector solar que permiten llevar el pelo suelto. Si quieres mayor protección, usa un gorro o un pañuelo. No obstante, si te gusta el look mojado, aplícate una mascarilla capilar suavizante como gel fijador o échate bastante aceite solar, aceite de almendras o aceite de bebé que aguantan muy bien si te sumerges en el agua (cuidado con la mascarilla, no la dejes en tu cabello por más de 15 minutos).
ELEGIR EL COLOR
Cuando se escoge un color o tinte para el pelo, el tono de piel y el color natural del cabello son los dos factores más importantes a considerar. Ya sea un color más claro o más oscuro, mantente dentro de dos o tres tonos más próximos a tu color natural de pelo. He aquí una guía para seleccionar el color de cabello más compatible para su tono de piel:
• Piel amarilla: colores oscuros ricos, como el caoba.
• Piel pálida: casi cualquier color.
• Piel rosada: tonos neutros como el rubio rojizo o rubio beige o castaño chocolate son los mejores. Evita los tonos rojos o dorados.
• El color de ropa acostumbrado puede tomarse en cuenta para escoger el color de pelo. Si luces bien en un matiz o tono cálido como el rojo, anaranjado, amarillo dorado, castaño o café canela o verde oliva, entonces los tonos cálidos de cabello como el rubio dorado, castaño dorado, rubio cereza y caoba se ajustarán bien.
NOTA: Los tintes vegetales ofrecen la ventaja de ser mucho más perecederos.
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