13 octubre, 2025
De San Remo a Caracas

Desde el mismísimo momento en que se aprobó la realización de las elecciones presidenciales en alguna fecha del segundo semestre de 2024, comenzaron las actividades conspirativas para descalificar y sabotear el llamado a participar en los comicios que se materializaron el día domingo 28 de julio con la victoria del presidente Nicolás Maduro.

Para nadie es una sorpresa que la más radical extrema derecha antichavista jamás iban a reconocer los resultados electorales, cuando “casualmente” de los diez candidatos presidenciales, solo el candidato tapa afiche no firmó el acuerdo de aceptación de los boletines oficiales emitidos por el Consejo Nacional Electoral y ahora denuncian sin ninguna prueba contundente, convincente y verificable, al decir, que les robaron unas elecciones presidenciales que “ganaron por paliza”

Uno de los grandes problemas de los grupos políticos radicales es que sus estrategias políticas se basan exclusivamente en la intolerancia y el desprecio al que piensa políticamente diferente. No aceptan bajo ninguna circunstancia que hayan perdido las elecciones, siempre dirán que ellos han ganado absolutamente todos los procesos electorales en que han participado, pero que simplemente el chavismo ha tenido la habilidad para hacerlos ver como perdedores.

Y esta última elección presidencial para el extremismo antichavista no ha sido la excepción, necesitan crear la idea del gigantesco fraude cometido por el gobierno nacional, como una manera de no entregar el poder por ninguna vía, para lo cual están generando todas las condiciones posibles para restablecer las guarimbas, la violencia callejera y el caos social.

Lamentablemente, la extrema derecha quiere empañar el triunfo electoral del chavismo con más de 50% de los votos válidos contabilizados, cuando están llamando a su militancia más fanatizada para que no abandonen la calle hasta que les reconozcan que ellos son “los verdaderos ganadores”.

Sin embargo, al antichavismo radical le cuesta mucho reconocer la poderosa fuerza política del chavismo, cuando siguen subestimando la capacidad de movilización en los procesos electorales por parte de un sólido y comprobado voto duro.

Con la democracia y la paz institucional ganó Venezuela.

Politólogo

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