22 octubre, 2025
6 billones de personas queriéndolo todo

El cine de ciencia ficción describe a la humanidad, siempre, a través de un panorama apocalíptico. Parece una profecía autocumplida que tiene como antecedente la acumulación de evidencias: estamos acabando con el planeta. Eso, al parecer, lo entienden perfectamente los artistas, sobre todo los cineastas y escritores, pero jamás los decisores políticos.

Hace 10 años y tres meses, una obra cinematográfica inquietante nos volvió a enfrentar a lo que parece el destino inexorable de la Tierra a manos del hombre: Interestelar, de un críptico Christopher Nolan, puso de nuevo el acento sobre lo que nos espera como especie si continuamos consumiendo con esa voracidad suicida a la que nos acostumbró el capitalismo.

En los diálogos de una película realmente hermética, que necesariamente hay que ver varias veces para comprender sus revelaciones científicas, espirituales y filosóficas, se expresa el grave dilema: “Cada día parecía navidad, pero ¿6 billones de personas? Trata de imaginar eso. Y todos querían comprarlo todo” expresa el suegro Donald (John Lithgow) a un contrariado Cooper (Matthew McConaughey), quien le responde: “Yo antes solía mirar el cielo e imaginar nuestro lugar en las estrellas. Ahora miro al suelo y temo por nuestro lugar entre la tierra”.

Infravalorada -quizás por sus argumentos antisistema-, en los Óscar de 2015 apenas recibió reconocimiento por sus efectos visuales, y ni siquiera su impresionante acompañamiento musical, en manos del genio Hans Zimmer, pasó de la nominación.

Sin embargo, es un film que se añeja con salvoconducto de obra maestra, considerada por los críticos como una pieza antológica que además de su puesta en escena destaca por su demoledor alegato: el amor es la respuesta, no la ciencia, no el consumo, no la desconexión con esta nuestra casa. Este sentimiento elemental termina desenhebrando los hilos de la autodestrucción a través de los saltos temporales que describió Einstein en su teoría de la relatividad y permite, como un milagro, la salvación de la especie, justo antes de caer al abismo.

Nolan y su cine para volar

Es el director de algunas de las películas más complejas de entender de los últimos años: Memento (2000), Insomnia (2002), Batman Begins (2005) y su sucedánea, la aclamada Batman: El caballero de la noche (2008), que dejó para la posteridad el Óscar póstumo para un fenomenal Heath Ledger; Tenet (2020) y la multipremiada Oppenheimer (2023).

El argumento de Interestelar se basa en la destrucción de las cosechas en el año 2067 y la necesidad de la NASA (nada nuevo) de intentar buscar un planeta parecido a la Tierra para repoblar con la especie humana.

Su complejidad narrativa fue resuelta con la asesoría de científicos reputados que intentaron traducir la teoría de la relatividad para el cine, una labor casi imposible.

Ver fuente